Escribir
esta reseña de una manera objetiva, me resulta imposible; ya que ver a Amorphis
en vivo siempre es sinónimo de calidad. A pesar de saber esto de antemano, este
concierto sería muy especial, ya que tocarías Queen of Time, la más reciente
producción discográfica de la banda en su totalidad, lo que significaría la
presentación en vivo Amongst Stars con la colaboración de Anneke van
Giersbergen.
La energía
que se respiraba era maravillosa, la tarde, a pesar de haber sido cálida,
empezaba a enfriarse, pero poco a poco la adrenalina hizo que se fuera
calentando conforme se acercaba la hora; y en punto de las 22:30 comenzaron a
sonar los primeros acordes de The Bee, dando así inicio a lo que sería uno de
los mejores conciertos a los que he asistido.
La audiencia
recibió a la banda como una banda principal tiene que ser recibida: con todos
los honres y la banda, con esa sencillez que los caracteriza, no dejaba de
agradecer. Así llegó Message in the Amber, una de las canciones que más desafía
al escucha fan por la cantidad de orquestaciones y coros, sin embargo fue muy
bien recibida y para ese momento, la fría tarde había dejado de ser fría, ahora
era cálida y llena de energía.
Las sorpresas
aún no terminaban y Daughter of Hate, el letrista de la banda, Pekka
Kainulainen, hizo su aparición: First came the ravens… ataviado con el atuendo
característico de su performance con Amorphis, una enorme bandera negra y la
representación de un cuervo, Pekka le otorgó al show un impacto visual que sólo
su personaje puede otorgar. Terminó de encender el inicio de lo que sería una
velada llena de energía, poder, fuerza, misticismo…
La banda
se entregaba en cada canción y el público se entregaba aún más. Por fin llegó
el momento cumbre, el momento que muchos esperábamos y Tomi Joutsen invitó a
Anneke a subir al escenario y así dio inicio un momento sublime: Amongst Stars.
Por segunda ocasión (la primera fue en Provinssi Rock) se tocaba este sencillo
que ha tenido tanta popularidad, Anneke tiene una aurora espectacular y su voz
es tan dulce como poderosa. Escuchar esta rola en vivo fue inigualable, y la
verdad es que no se podía esperar menos de un dueto que demostró ser majestuoso
en el álbum.
Poco a
poco Queen of Time llegaba a su fin, pero no así el concierto y una vez acabado
el disco, Amorphis nos deleitó con canciones como Sampo, The Smoke y The Four
Wises Ones. Cuando creíamos que no podíamos esperar más sorpresas, Tomi invitó
a Anneke al escenario una vez más para dar inicio a una de las joyas en el
repertorio de Amorphis: Her Alone. La noche llegaba a su fin y qué mejor
canción para cerrar con broche de oro que el himno de la banda: Black Winter
Day.
Así terminaba
una velada maravillosa, llena de sorpresas, fuerza y poder. Amorphis es, en
definitiva, una de esas bandas que tienes que ver en vivo antes de morir.
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